El reto estaba ahí: cerrar la temporada por todo lo alto. Teníamos claro que la música era una fórmula ganadora: Dirty Dancing, Blues Brothers o sobre todo el Rocky Horror Bang Bang Show lo habían demostrado. Pero esta vez nos tocaba partir de cero, crear algo desde la nada. Y ahí es donde surgió la idea de la boda. Una boda a la que nuestro público estaría invitado. Una boda que iba a salir mal para que saliera bien.
Crear algo siempre es complicado, y por mucho que todos los implicados pongan de su parte siempre cabe la posibilidad de que algo tire todo el trabajo por tierra… Y así llegamos a la tarde del 17 de junio, con las entradas agotadas y todo preparado. La cosa pintaba bien hasta que llegó la tormenta: rayos, truenos y mucha lluvia, más un rayo que fulminó parte del sistema eléctrico del teatro y una tromba que hizo que todo el cachondeo que se respiraba en la cola se evaporara en un segundo para buscar refugio.
Así que nos tocó apretar los tiempos para intentar abrir cuanto antes. Con la colaboración del personal del teatro aceleramos y pudimos abrir las puertas casi quince minutos antes de lo anunciado… ¡Y comenzó la boda!
Habíamos ofrecido diferentes opciones de dress-code para poner las cosas fáciles y la verdad es que fue una gozada ver la variedad de estilos que se asomaron por el photocall donde Danel, nuestro sacerdote particular, lo dio todo. Las camisas coloridas reinaban, pero sin dejar atrás las coronas de flores, las camisitas bordadas o los trajes psicodélicos a lo ABBA. Entre ellos destacó un grupo que se ganó los aplausos de todos por espectacular y llamativo. ¡Vaya cracks!

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La barra, totalmente desbordada de nuevo como en tiempos pre-pandemia, fue de nuevo un punto de encuentro y diversión, ya que además de regalar palomitas ofrecimos un cava gratis para que todo el mundo brindara por la pareja, por el verano, por Bang Bang… o por todo a la vez.
Y tras todo ese alboroto comenzó la sesión con Estrella luciendo un pedazo de look que le sentaba de muerte y marcando el ritmo en el escenario. Aunque solo durante un momento, ya que tras un par de minutos irrumpió en el escenario Vito ‘Huracan’ Rogado, caracterizada para la ocasión de wedding planner, y comunicó el programa de la boda.


Un plan que apenas duró un segundo en pie al no presentarse ni los novios ni la banda de música. Sin embargo, lejos de arrugarse y tras la negativa de Estrella a ponerse a cantar, nuestra Vito bajó al patio de butacas en busca de un par de cantantes. Tras elegir a dos espectadores y subirlos al escenario, quedó claro que no estaban por la labor de cantar, así que empezaron los comentarios del tipo “No ha tenido mucho ojo”, “Vaya dos”…
Bien, pues se la habíamos vuelto a liar al público. Los dos “ espectadores” eran Eider Esnaola y Álvaro Romero, una pareja de cantantes y bailarines especializados en musicales que habían viajado desde Madrid para arrasar en el escenario del Principal. En cuanto comenzó la música, la locura se desató, y es que ABBA es mucho ABBA. Cada canción estuvo acompañada de bailes y coros hasta que llegó la balada con mayúsculas y uno de los momentos que en Bang Bang recordaremos para siempre. Cuando Eider se lanzó con el “The winner takes it all” el público enmudeció y a más de uno se le puso la carne de gallina. Cuando tras un despliegue vocal impresionante terminó la canción, el público en pie ovacionó a Eider, y es que no merecía menos. Fue una locura.
Pero todavía quedaban dos de los momentazos de la tarde. El primero fue que al no aparecer los novios, Vito se animó a casar a un par de voluntarios según la doctrina Bang Bang y POR FIN tuvimos boda, con lanzamiento de ramos incluido. Sergio y Nuria no olvidarán jamas la sesión.
El segundo momento fue marca de la casa. En Bang Bang siempre apostamos por más, así que tras la ceremonia tocaba el último bloque de canciones con Eider y Álvaro. Bien, pues esta vez no estuvieron solos. A ellos se sumaron catorce bailarinas del grupo Gurea de Altza que deslumbraron con sus coreografiás. Con “Waterloo” se desató el delirio y dio la sensación de que el jaleo se podía escuchar desde Francia.

Tras las merecidas ovaciones para actrices, cantantes y bailarines tuvimos un pequeño descanso que desbordó de nuevo el photocall.
Cuando empezó la peli el público estaba a tope y el pase resultó memorable, con coros y aplausos en cada canción, hasta que llegó el final y estalló la fiesta total. Habíamos preparado una última sorpresa: durante los créditos, los bailarines de Gurea volvieron a salir acompañados de los cantantes para animar la sala repartiéndose por las dos plantas del Principal y el escenario, y bailar al ritmo de “Dancing Queen” y “Waterloo”. Y para hacerlo aún más especial, una lluvia de globos inundó el teatro. Una boda y una noche para el recuerdo.
Así nos despedimos del Principal y nos acercamos hasta La cripta del Convent Garden, donde los 200 afortunados que habían llegado a tiempo para conseguir entradas bailaron al ritmo de Axel Casas hasta bien entrada la madrugada dándolo todo.
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A veces parecemos un disco rayado, pero no mentimos: lo que sucedió en el Principal el pasado 17 de junio fue inolvidable, y es que Bang Bang Zinema nació para hacer a la gente un poco más feliz y celebrar noches como la del “Mamma Mia Bang Bang Show”.
Os deseamos un gran verano y nos vemos en la próxima temporada.
Gora Bang Bang!









