La sesión de febrero siempre es especial y tiene algo que la diferencia de las demás. Puede ser por las fechas, tan cerca de carnavales y San Valentín, puede ser por la selección de películas con las que siempre buscamos ese combo perfecto de música, romance y diversión, o puede ser porque es una sesión en la que lo dais todo y en la que se concentra una energía que hace temblar los cimientos del Principal.
Repasando la noche, y en lo que ya se ha convertido en tradición, todavía faltaban más de dos horas para la apertura de puertas cuando las primeras personas ya hacían cola delante del teatro. Un primer vistazo al look de las más madrugadoras nos hizo sonreír y nos dejó claro que por mucho avión que sobrevolara el Principal, Flashdance iba a ser la estrella de la noche.
Calentadores, cardados, cintas para el pelo y mallas se convirtieron en el uniforme oficial de la sesión. Algún valiente se atrevió con la cazadora y las gafas de sol de Maverick, pero las bailarinas fueron las que marcaron el ritmo de la noche.
Estrella, que también vestía con estilo ochentero, fue recibida con una ovación, quizá porque nadie esperaba que lo primero que haría sería llamar al orden a los asistentes. Siempre presumimos de tener el mejor público del mundo, pero hay que admitir que nos dejáis el teatro bastante marrano después de las sesiones…
En esta ocasión, y con la ayuda de Anjel Alkain y Rekkam Vídeo, preparamos un clip bastante surrealista para pedir vuestra colaboración con la limpieza. Y la verdad es que al final de la sesión comprobamos que habíais captado el mensaje, ya que la cosa estaba bastante mejor que otras noches.
Después del toque de atención, tocaba seguir con uno de los clásicos juegos bangbangueros. Esta vez subimos a cuatro “voluntarios” al escenario para que jugaran un partido de vóley-playa muy especial, con unas “particulares” reglas dictadas por el árbitro, un divertidísimo Jon Ruiz. El toque Tricicle aplicado una de las escenas más recordadas de Top Gun funcionó genial y las risas fueron constantes durante el disputado partido.
Además, la cosa no terminó ahí. Después del partido, los ganadores volvieron a sus butacas, pero nosotros teníamos preparada una sorpresa más. La pareja perdedora tuvo que enfrentarse a una prueba extra: uno de ellos sería el juez del conservatorio y el otro tendría que bailar al ritmo de la inolvidable …What a feeling!
Como quedó demostrado a los pocos segundos de sonar la música, una vez más habíamos jugado al despiste y la bailarina resultó ser Leire Urquijo, una infiltrada con una coreografía preparada en colaboración con la academia de baile Bamboo.
La imagen del público acompañando con palmas la canción mientras caen los globos desde el último piso del Principal y Leire cierra su actuación por todo lo alto, pasa directamente a la galería de los grandes momentos de Bang Bang.
Tras el numero en el escenario tocaba seguir con las sorpresas, así que anunciamos un nuevo Txiki Txiki, que se celebrará el 4 de marzo en los Cines Príncipe de SADE. ¿La peli? Un clásico de los 80 que llevamos deseando programar desde el primer Bang Bang: Dentro del laberinto. Por la ovación que recibió el anuncio, nos da que va a haber tantos niños como adultos el domingo al mediodía para disfrutar con David Bowie, Jennifer Connelly y las creaciones de Jim Henson.
También con muchos aplausos se recibió el tráiler de la sesión del 7 de abril, que va a ser uno de los dobletes más extraños que hemos programado hasta ahora. Por un lado tendremos la divertida y tierna El club de los cinco, una película de tono juvenil que representa a la perfección el cine del gran maestro del género John Hughes. Y después llegará la hora de “disfrutar” nada menos que de La naranja mecánica, la película que quizá más habéis pedido durante estos cuatro años. Una obra tan brillante como incómoda del maestro Kubrick.
Y ya solo nos queda hablar del photocall. Cuando todos esperabais que nos centráramos en Flashdance, decidimos sorprenderos y preparar un par de aviones que os permitieron jugar a ser pilotos por una noche, sin que faltaran ni los cascos ni las inconfundibles gafas de sol de Top Gun.
Reconocemos que la combinación de los diferentes elementos del photocall con los calentadores y las mallas resultaba extraña. Pero al fin y al cabo eso es Bang Bang, una mezcla extraña que gracias a vosotros funciona a la perfección, en la que durante una noche todo encaja. Una noche, en la que, durante un momento mágico e inolvidable, resulta normal ver a una bailarina volar en un avión de combate mientras sujeta un globo con forma de corazón.
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