Abril es mes de cine negro en Bang Bang. En otras temporadas pudimos disfrutar de Fargo, de Uno de los nuestros o de Pulp Fiction. En esta ocasión la propuesta es igual de potente aunque incluya dos títulos algo menos conocidos como son Sospechosos habituales y Amor a quemarropa. Para hablar sobre ellas voy a reunirme con dos de sus protagonistas: la guapísima Alabama Worley y el escurridizo Keyser Söze.
Llego al bar y Alabama ya está allí esperándome. Aunque está casi lleno, todo el mundo mira hacia su mesa. Y es que es imposible no mirarla: la melena rubia, las gafas de sol un poco caídas que dejan asomar sus preciosos ojos azules, la escotada camiseta roja, y su sonrisa, sobre todo su sonrisa. El camarero que la está atendiendo coquetea y ella responde riendo juguetona, pero en cuanto me ve deja de prestarle atención, se pone de pie y agita la mano para que me acerque.
Hola. Oye, ¿cómo has sabido que era yo con quien habías quedado?
ALABAMA: Parecías un poco despistado, pero en cuanto me has visto, te han brillado los ojos al reconocerme. Tengo pinta de alocada, pero soy una chica muy despierta. Me ha tocado sobrevivir en un mundo que a veces no me ha tratado demasiado bien.
Me da la impresión de que sabes arreglártelas.
ALABAMA: No me ha quedado otro remedio. Nacer en un parque de caravanas en Tallahassee no te pone las cosas fáciles y hace que automáticamente te cataloguen como White Trash, pero nunca me he rendido y siempre he peleado por aquello que quiero. Por ejemplo, cuando me mudé a Detroit y conocí a Clarence, supe que lo único que quería era estar con él y nada ni nadie pudo impedir que acabáramos juntos.
En ese momento entra en el bar un grupo de hombres alborotando. Parece que se dirigen hacia el fondo del local pero amagan y se sientan con nosotros.
KEATON: Perdonad que os abordemos de esta manera pero al final de la barra hay un par de polis y mejor nos sentamos con vosotros hasta que se larguen.
Ya, pero es que estábamos en mitad de una entrevista…
McMANUS: ¿Entrevista? Pues por cómo la mirabas parecía una cita… Aunque no es de extrañar. Hola, guapa.
ALABAMA: Hola chicos. ¿Problemas con la pasma?
HOCKNEY: Cuanto más lejos de los maderos, mejor.
FENSTER: Estamos de visita para un trabajillo en el puerto de Pasajes y no queremos llamar la atención.
KEATON: Vosotros seguid con la entrevista que enseguida nos vamos.
ALABAMA: No pasa nada. En realidad estábamos hablando de los problemas que tuve con la ley hace mucho tiempo en casa.
VERBAL: Pero los resolviste…
ALABAMA: Bueno, digamos que volver a EEUU no es una opción. Tras el lío que montamos en Detroit y Los Ángeles nos tuvieron que ayudar a salir del país, y desde entonces no hemos vuelto.
Todos agachan la cabeza mientras los policías salen del bar.
KEATON: Ya se han ido. Os dejamos con lo vuestro. Gracias por la ayuda.
De nada. Y suerte con vuestro trabajo, me da que la vais a necesitar.
ALABAMA: Adiós, guapos. Hasta la próxima.
Se despiden y salen del bar, parece que el encuentro con la policía les ha quitado las ganas de beber. Alabama, sin dejar de sonreír, me mira y se encoge de hombros.
Me encanta tu actitud optimista. Por mal que vayan las cosas siempre sonríes como si supieras que todo lo malo va a pasar.
ALABAMA: Y es que es así, todo, tanto lo malo como lo bueno, acaba pasando. Además, siempre busco algún detalle que me haga sonreír. ¿Recuerdas, por ejemplo, cuando Clifford, el padre de Clarence, murió? Bueno, cuando lo mataron… Bien, pues cuando lo recuerdo, en vez de pensar en que ya no está, imagino la cara de Vincenzo, el mafioso que le disparó, cuando escuchó que a su tatarabuela se la había follado un africano. Clifford era muy grande.
Alabama juega con su taza, en la que a estas alturas ya hay más azúcar que café, y pega un mordisco a la tarta que tiene delante. Me ofrece un trozo para probarla y no puedo rechazarlo. Es el tipo de chica al que no se le dice no.
Parece que al final vas a ser sólo tú la entrevistada. Me da que el Sr. Söze no va a aparecer por aquí.
ALABAMA: ¿Keyzer? Pero si ha estado aquí antes y no le has preguntado nada.
¿De qué hablas?
ALABAMA: Era uno de los que se han sentado antes en la mesa. Concretamente el que estaba sentado a tu derecha… o a tu izquierda. La verdad es que no me acuerdo. Te estaba mirando a ti todo el rato.
¿Estás segura de que era él? ¿Os conocéis?
ALABAMA: Sí, sí. ¿Recuerdas que te he contado que tuvimos problemas en Detroit? Bien, pues Drexl, mi chulo, trabajaba para Keyzer y estuvo a punto de provocar una guerra con los italianos. Preparó un golpe sin su permiso y robó un montón de coca a la mafia. Al eliminarle le hicimos un gran favor al Sr. Zöse, así que como agradecimiento nos saco de EEUU.
Bueno, entonces supongo que ya hemos terminado. Ojalá pueda volver a verte el sábado.
ALABAMA: Puede ser, pero si no nos vemos, no estés triste. Aunque tú también me gustas, no podría haber nada entre nosotros. Sabes que estoy con Clarence, y en cuestión de pareja…
…eres 100% monógama. Sí, por mucho que lo lamente, lo tengo claro.
Alabama sonríe, me besa en los labios, se gira y se aleja bailoteando. Ya a lo lejos, se da la vuelta y grita: “Quizás en otra vida”. Y yo sólo puedo susurrar: “Ojalá”.