Se nota que ya casi estamos en verano, así que aprovecho el buen tiempo, y en vez de reunirme con los entrevistados en un oscuro bar quedamos en la playa. Según me asomo a la barandilla de La Concha oigo gritos. Bajo a la arena y los escucho de nuevo. Me fijo un poco y provienen de un muñeco hinchable con el que juegan unos niños en la orilla, con los pies ya en el agua.
OTTO: ¿Me vais a dejar tranquilo? He quedado para una entrevista y tengo que estar presentable y no mojado, lleno de arena y a medio hinchar. ¡¡Dejadme sobre la toalla de una vez!!
Antes de que pueda acercarme a solucionar el tema, una aleta asoma por el horizonte y todo el mundo empieza a correr, incluyendo los niños que jugaban con Otto, al que lo abandonan a su suerte. Parece que vamos a tener la playa para nosotros solos.
Hola, Otto. Siento no haberte podido ayudar.
OTTO: No te preocupes, ya estoy acostumbrado. Siempre que vengo a la playa es la misma historia. Ademas, ha merecido la pena el meneo por ver en primera fila la cara de terror que se les ha puesto cuando ha venido jugando este.
TIBURÓN: Jajaja, sí, la verdad es que soy el número uno haciendo entradas espectaculares. Eso sí, tiene sus pegas. A las playas del Mediterráneo, por ejemplo, no puedo ni acercarme. Si me asomo por allí se produciría una estampida que ni en los estadios de fútbol. Y no quiero liarla.
Hablando de eso, Tiburón: por fin vienes a Donostia. Hace dos años te quedaste a nada pero no pudo ser.
TIBURÓN: Casi prefiero que fuera así. ¿Sabes lo mal que trata Schwarzenegger a los animales? ¿Viste cómo me tenia cogido para el cartel? ¿Viste el puñetazo al camello en Conan? Ese tío es una mala bestia. En cambio, Otto y sus colegas son buena gente y además muy fans de mi peli. ¿Has visto el inicio de Aterriza como puedas? Gran homenaje.
Bueno, me alegro de que el cambio haya sido para bien. La verdad es que formar parte de “La Extra de Verano de Bang Bang» os va a a dar mucho caché.
OTTO: Yo desde luego lo necesito. La cosa se está poniendo muy chunga para todos los que trabajamos en compañías aéreas. Aunque no me extraña, después de la movida de United Airlines estamos peor vistos que los de las compañías de telefonía móvil.
TIBURÓN: Joder, a mí tampoco me extraña. Aquel vídeo era más escalofriante que muchas de mis pelis.
OTTO: ¡¡Y había más sangre!!
TIBURÓN: Y sangre de verdad. En mis películas toda es de pega. Soy un profesional, no como el que utilizaron para el rodaje de la peli porno esa en Florida.
¿De qué peli estamos hablando?
TIBURÓN: Lo leí hace poco en las noticias. Estaban rodando una peli porno y a una actriz que estaba en una jaula sumergida le mordió un tiburón amateur que habían contratado de extra. Es lo que tiene trabajar sin presupuesto..
¿Hay mucha competencia en el mundo laboral de los tiburones?
TIBURÓN: Todo se ha ido al traste. Ya nadie valora una buena interpretación. Hubo una época en la que se respetaba mi arte. El abrir las fauces, los roces sin morder, mi espectacular manera de aplastar un barco…
¿Y ahora?
TIBURÓN: No es cosa de ahora. Han sido muchos años de pasarlo mal económicamente. Cada vez que mi mujer da a luz, son de diez a catorce tiburoncitos que alimentar. Muchas bocas, muchos dientes y sobre todo muchos estómagos que llenar. ¿De qué si no iba a hacer tantas películas? Hubo una época en que cada peli o documental que se hacia con tiburones lo protagonizaba yo.
Tampoco serian tantas…
TIBURÓN: Echa cuentas: ¿Deep Blue Sea? Yo. ¿Marea letal? Yo. ¿Tintorera? Yo. ¿Open Water? También yo. Aparte de eso, cientos de documentales y también animación: de protagonista en El espantatiburones, de secundario en Buscando a Nemo… Incluso participé en el corto de Bang Bang en el que homenajeaban a El Padrino. Ah, y por supuesto: en todas las secuelas de Tiburón. Me lo pasé tan bien con Spielberg en el rodaje de la primera que me lió y firmé un contrato que me vinculaba para toda la saga.
¿Eras tú el de todas las secuelas?
TIBURÓN: Todas. ¡Y no me juzgues! Sé lo que piensa todo el mundo de Tiburón, la venganza. Hasta Michael Caine tuvo que justificarse en una entrevista. Él lo hizo para comprarse una casa, yo para que mis retoños no tuvieran que protagonizar basuras como esa. Estaba desesperado y dispuesto a todo para evitarlo. De hecho, el punto más bajo de mi carrera llegó unos años después cuando me pintaron de blanco y negro para Liberad a Willy. No recuerdo algo tan humillante desde lo de El cantor de Jazz. Pero había que ganar dinero y hacía lo que fuera por mi gran familia.
¿Funcionó?
TIBURÓN: Con casi todos. Pude mandar a la universidad y la mayoría tienen un oficio de provecho.
¿Casi todos?
TIBURÓN: Sí. En todas las familias hay una oveja negra. En la nuestra es Sharky, uno de los pequeños. Le di todas las oportunidades, pero le gustaba mucho lo de la farándula y está en el mundo del cine. Si es que se puede llamar cine a eso…
¿Sharknado?
TIBURÓN: Efectivamente. Y lo peor es que gana pasta. Así que no hay quien le aguante. A ver si deja la saga esa de una vez. Acaba de hacer un papel en la última de los Piratas del Caribe. No es una gran mejora, pero algo es algo.
OTTO: Cambiar a Tara Reid por Kaya Escodelario sí que es mejorar. Y no te olvides de Infierno azul, la que tu niño hizo con Blake Lively. ¡Blake Lively! Hasta yo mandé el curriculum por si colaba, pero estaban emperrados en que fuera un tiburón, decían que yo daba problemas en las escenas submarinas. Por lo de que floto y eso…
Vaaaale, si queréis lo dejamos aquí.
TIBURÓN: Sí, mejor. Tengo que irme a rodar una cosilla para La semana del tiburón de National Geographic. Ya sólo hago documentales de calidad para ellos o para la BBC. Quiero dejar un legado respetable, y no que me pase lo que a Robert de Niro. Nos vemos el 17 en el Principal o directamente en La Cripta, no sé a que hora acabaremos de rodar.
OTTO: Me parece bien lo de irnos. Parece que la gente ya se ha acostumbrado a Tibu y está volviendo a la playa.
Otto, ¿quieres que te acerque a algún sitio?
OTTO: Sí, donde las chicas esas que están tomando el sol. Les puede venir bien una colchoneta para tumbarse o para jugar en el agua.
¿No decías que te molestaba la arena?
OTTO: No te enteras de nada…