Cuando debería estar buscando un regalo para mi chica o eligiendo un sitio donde comer el día de San Valentín, se me brinda la oportunidad de entrevistar a los protagonistas de dos de las películas programadas por Bang Bang para este sábado y no puedo dejar escapar la ocasión.
Johnny Castle no ha podido venir (estaba dando clases de lambada en un crucero por las Baleares) y en su lugar acudirá Baby. Sé que el primero hubiera dado más juego, pero espero que la picaresca del pirata Roberts compense el carácter muy naif de Baby. Lamentablemente, a la hora de empezar la entrevista Roberts aún no ha llegado y sólo la tengo a ella.
Me alegra mucho de que hayas podido venir a la entrevista, Baby. ¿Ha sido difícil encontrar un momento para acercarse a la sesión de Bang Bang?
BABY: Para nada. De hecho estaba por Europa. Supongo que sabes (debes saberlo porque lo repito muy a menudo) que estoy muy implicada en todo tipo de labores humanitarias y con el tema de de los refugiados el continente está que arde. Es que quiero cambiar el mundo, o al menos, hablar constantemente sobre que quiero hacerlo. Y sobre que todo el mundo se merece que lo traten igual. Y sobre que no hay que tener prejuicios con la gente, sean ricos como yo o más del pueblo llano, como mi Johnny.
Se abre la puerta y entra el pirata Roberts. Camina rápido pero suave, casi como si se deslizara por el pasillo de la cafetería flotando. Cuando se sienta, dirige una sonrisa seductora a Baby, que se encoge un poco en su butaca.
Buenos días Pirata Roberts, acabamos de empezar y le preguntaba a Baby si había tenido problemas para venir a la entrevista.
ROBERTS: No se cómo habrá sido su llegada, supongo que a una dama tan bella se le allanan los caminos, pero lo mío ha sido un infierno. Me acercaba con mi barco a la costa cuando de la nada surgió un carguero a la deriva que casi me embiste. ¡¡Y sin casi nada para saquear!! Y después, para colmo, el temporal: vientos, lluvia, olas de nueve metros… Mi vida es una aventura, pero cada vez que vengo a Donostia, lo es un poco más.
¿Es que sueles venir a menudo por aquí?
ROBERTS: Todos los años en agosto. Aunque las embarcaciones que preparáis dejan bastante que desear, me hace ilusión encontrar cientos de piratas en la bahía. Ya sabes que siempre ando buscando un sucesor que ocupe mi puesto. Estoy deseando retirarme de la piratería, encontrar una mujer y pasar el resto de mi vida disfrutando de mi fortuna en sus brazos.
Desde que ha entrado Roberts, Baby no ha abierto la boca. Se limita a mirarle embobada, con la respiración agitada y haciéndole ojitos.
Baby, ¿tú también sueles venir por aquí?
BABY: Sí, de vez en cuando. Tengo familia en la zona. Mi padre es de origen vasco, como quedaba claro en la película. Ya sabes: muy callado, sólo baila en bodas, casi no mira a los ojos y se preocupa sólo por las apariencias. Muy como Karra el de 8 apellidos vascos. Y yo soy un poco como él. Roberts, ¿a ti te gustan las chicas así?
ROBERTS: A mí me gustan las chicas como tú (sonriendo de nuevo y con un tono de voz seductor).
Baby, me da que tienes un poco de fijación con los hombres mayores vestidos de negro.
BABY: Lo mismo me dijo mi madre al ver todos mis discos de Johnny Cash… Pero qué culpa tengo yo si son tan guapos… Y tan galantes…
ROBERTS: Cómo no serlo con una dama como tú. Cualquier otra actitud seria inconcebible.
Vaya, parece que tú si sabes lo que significa… Ahora que lo pienso, ¿vosotros no teníais pareja?
BABY: Bueno, yo tengo un rollo con Johnny, pero es una relación abierta. Él, con la excusa de que las mujeres se le tiran encima y huelen tan bien, se pone las botas. ¿Y qué voy a hacer yo? Soy un poquito mojigata, pero no idiota, y cuando me suelto…
ROBERTS: Yo estoy soltero. Creo que el pirata en el que piensas lleva muchos años en palacio reinando con la princesa prometida. La suya es una historia preciosa, una en la que ni la muerte pudo detener el amor verdadero… Como podría ser la nuestra, Baby. Si es que confías en un enmascarado…
Yo mejor os dejo que no estoy para sujetar velas.
BABY: Sí, vete tranquilo, que ya me acompaña Roberts a casa.
ROBERTS: Como deseéis…
Según me alejo, veo que se han levantado y están bailando muy arrimados. A él se le ven maneras como de profesor de baile. ¿Puede ser que Johnny haya ocupado el puesto del Pirata Roberts y Baby lo sepa? Igual es que soy un romántico y quiero pensar que es así…