Humor negro y dobles sentidos. Parodia al cine de catástrofes y al cine en general. Chistes escatológicos, irreverentes, políticamente incorrectos. Todavía hoy Aterriza como puedas (Airplane!, 1980)sigue siendo un referente en la comedia, y no ha envejecido nada mal. Cierto que aparecen cabinas de teléfono, en los aviones se podía fumar, y no existían los ordenadores, pero dejando esto aparte, el resto puede contemplarse perfectamente. Y para que una película que casi tiene 40 años siga viéndose casi tan fresca como el primer día, tiene que ser una gran película.
Una de las claves de por qué sigue funcionando es, sin duda, la acumulación. Desde las trepidantes comedias americanas screwball de los años 30 y 40, pocas películas cuentan con ocurrencias cómicas tan abundantes y a un ritmo tan trepidante. Parece que asistimos a un continuo brainstorming de guionistas lisérgicos, además de a una continuidad de diálogos y frases que se han convertido en míticas, como las de muchos films clásicos.
-¿Qué clase de avión es?
-Pues es un avión grande, largo, blanco con rayas rojas, con cortinas en las ventanas, con ruedas, parece un supositorio gigante.
La película es un ejemplo perfecto de cómo hacer una comedia sin caer en el ridículo pero sin tomarte nada en serio. Se trata de una parodia de muchos géneros con una fórmula muy sencilla pero muy ingeniosa. Se recurre a subproductos de Hollywood del cine de catástrofes, que tuvieron su auge en la década de los 70. Comenzando con Aeropuerto (1970) de George Seaton, que es precisamente la película que inauguró el subgénero y fijó las reglas. Aquí aparecen todos los tópicos que poblarán las películas de catástrofes: muchas estrellas y caras conocidas rescatadas del cementerio de los elefantes, haciendo pequeños papeles. Charlton Heston, Rock Hudson, Ava Gardner… títulos como La aventura del Poseidón (1972), El coloso en llamas (1972), Terremoto (1974) Avalancha (1978) y un largo etcétera.
Los artífices de Aterriza como puedas fueron David Zucker, Jim Abrahams y Jerry Zucker (popularmente conocidos como el triunvirato ZAZ), los tres ejerciendo de realizadores y guionistas. Además de aplicar un humor surrealista y ácido a las películas de catástrofes, eligieron a actores que venían del mundo de la televisión en lugar de a grandes estrellas. De este modo, Peter Graves (Misión Imposible), Lloyd Bridges y Robert Stack (Los Intocables), acostumbrados a papeles de tipos duros, cambiaron totalmente de registro. Se añadió a una pareja protagonista más convencional, Julie Hagerty y Robert Hays. Y una mención aparte para Leslie Nielsen, quien acabó convirtiéndose en musa y elemento imprescindible para la mayoría de títulos posteriores, producidos o dirigidos por alguno de los ZAZ.
De alguna manera esta película reinventó la comedia, porque marcó unas directrices que todavía siguen vigentes, entre las que destaca el guiño cinéfilo destructivo como la mejor arma. Así, productos como Tiburón, Fiebre del Sábado Noche o De Aquí a la Eternidad, tuvieron su merecido hueco satírico.
Otra de las señas de identidad es que todo es parodiable y puede ser motivo de broma. Algo que hoy en día parece imposible, ya que toca a modo de chiste temas como el maltrato a las mujeres (con esa mujer que se pone nerviosa por las turbulencias en el avión), el sexo y los menores (Joey. ¿te gustan las películas de gladiadores? ¿Has estado alguna vez en una prisión turca?), la religión, o el tratamiento que reciben temas médicos como el trasplante de corazón.
Qué no decir de las numerosas situaciones con los personajes. Lloyd Bridges haciendo del cascarrabias y extrañamente vicioso Steve McCroskey, supervisor de la torre de control. Que cada vez que aparece nos informa de que ese preciso día ha dejado de fumar, de beber, de tomar tranquilizantes, o de oler pegamento (hábitos que inmediatamente vuelve a recuperar, por supuesto). O el mismo protagonista, Ted Striker, antiguo piloto de combate, traumatizado por una imprudencia que acabó con la vida de varios compañeros en la guerra y que ahora es incapaz de volar. Contando su vida a su compañera de asiento, una venerable anciana que comete el error de entablar conversación con él (¿Nervioso? — Sí. — ¿Es la primera vez?— No, he estado nervioso muchas veces).
En esta sociedad donde todo debe ser políticamente correcto, esta película reivindica una forma de tomarse la vida menos en serio. En un panorama donde el cine comercial está saturado de películas-fórmula para grandes masas, Aterriza como puedas podría calificarse casi de transgresora.
El ingenio que se invirtió en esta película no se repitió en títulos posteriores (Top Secret, Agárralo Como Puedas, Hot Shots, etc.). Podrían estar más o menos acertados, pero explotaron la fórmula hasta límites insospechados, con lo que la originalidad de su ópera prima acabó convirtiéndose en una rutina tan poco sorprendente como previsible. Todo lo cual no hizo sino agrandar el mito de esta fábrica de carcajadas.
